Oración a San Sebastián    

San Sebastián fue un hombre que demostró sin titubeos su amor por la palabra de Cristo, razón por la que sus fieles  le demuestran siempre su agradecimiento y elevan oraciones cuando desean solicitar su intercesión para ser bendecidos con favores.

Oración a San Sebastián

Oración a San Sebastián  Él es venerado como santo tanto en  la iglesia católica como en la iglesia ortodoxa. Sus orígenes  de familia son romanos  aunque su nacimiento fue en Francia.

¡Venerado San Sebastián!
Que por tu infinita
caridad y fe,
lograste acercarte a Dios.

Entregaste tu vida,
por ofrecer consuelo
y socorro a los cristianos
injustamente perseguidos,
por obedecer
y amar al hijo de Dios padre,
Jesucristo.

¡San Sebastián Venerado!
Ahora que  estas  junto a Dios Padre,
te rogamos que escuches las plegarias
de tus hermanos,
quienes invocan  con humildad,
devoción, gratitud y fe,
nos guíes en el camino para
llegar a ser dignos de alcanzar
a Dios y confesar nuestra fe
con el mayor y más fiel
sentimiento de confianza
y espíritu de penitencia.

Suplicamos que nuestros hogares
estén siempre repletos de amor
y de respeto, donde la santidad
florezca diariamente y el bienestar
lo invada de paz y alegría.

Rogamos que siempre en nuestro
trabajo la concordia
y la justicia prevalezcan.

San Sebastián mantennos
libres de toda maldad y egoísmo, para que
podamos vivir unidos fraternalmente
en la tierra prometida que Dios
nos ha preparado bajo los valores
del reino como el amor,
la justicia y la verdad
estén presente en todo momento.

Glorioso  mártir San Sebastián,
te suplicamos que lleves nuestras plegarias
y nos concedas tu gloriosa
intercesión ante Dios,
escucha mi solicitud (Hacer la petición).

San Sebastián,
escucha nuestras plegarias
y danos fuerza y confianza,
apóyanos para conseguir lo pedido
y siguiendo tu fiel
ejemplo de fe, caridad
y esperanza alcancemos
la vida eterna  prometida
por Jesús promete y que bajo la
protección de nuestra
Madre de María,
lleguemos a la fuente
de la eterna felicidad.

Amén.

Oración a San Sebastián para Pedir Favor Especial

¡Oh venerado mártir San Sebastián!

Por tu profunda fe
y amor alcanzaste llegar a Dios padre,
incondicionalmente ayudas
a tus semejantes que
invocan tu apoyo,
en este momento que vives
junto a Dios,
escucha nuestras plegarias
y suplicas, todos los que solicitamos
tu intercesión agradecemos
con mayor devoción, fe y esperanza.

Acudimos ante ti confiados
en tu glorioso valor,
acércanos a Dios, al declarar nuestra fe
aceptamos el reino prometido
por el hijo de Dios,
quien entregó su vida
para salvar nuestras almas pecadoras.

En este día te suplicamos
para que intercedas ante
nuestro Padre, para que su
gracia de respuesta positiva
a este favor especial que
hoy le ruego (Haz tu petición).

Intercede ante nuestra amada
Virgen Maria para alcanzar
su protección y que nos lleve junto,
a su único hijo Jesucristo
como la fuente de la eterna felicidad.

Amén.                 

Oración a San Sebastián para Pedir Favor Difícil

¡Bendito San Sebastián Glorioso,
humildemente recurrimos a suplicarte
por tu milagrosa intercesión
en nuestro nombre ante Dios Padre,
que nos tenga presente
y nos guíe para que nuestro
alma sienta un amor tan puro
y valiente como el tuyo para
ser soldados en el ejército de Cristo.

Valeroso guerrero,
te suplicamos nos brindes
tu protección, enséñanos a ser fuertes
y apóyanos en tus brazos victoriosos,
que nunca sienta miedo de caer
en trampas del  maligno.

En el día de hoy, elevo mis plegarias
para solicitar tu ayuda en
esta difícil situación que me llena
de angustia y calamidad (presentar sus necesidades),
con la confianza
y fe que no hay imposibles
para nuestro Señor Creador.

Reconfórtanos ante la adversidad
y que cada día de mi vida sea
testimonio de mi amor incondicional
en  mi fe en el milagroso  hijo de Dios.

¡San Sebastián Glorioso,
ruega siempre por nosotros!

Amén.                 

Oración a San Sebastián para Casos Desesperados

¡Dios y padre nuestro que estás!
lleno de misericordia!
que enviaste al mártir San Sebastián
Santo tan poderosamente
le fortificaste en la fe,
que por ninguna terrenal promesa,
ni intimidación, ni sufrimiento,
ni flecha pudiste ser
removido ni apartado de tu fe.

Humildemente te rogamos que por nuestros
verdaderos derechos en nuestras
aflicciones podamos obtener tu auxilio,
que cuando seamos perseguidos o traicionados
puedas darnos defensa,
que cuando tengamos necesidades
obtengamos una solución,
y que en cada momento, en que tengamos una
gran necesidad podamos tener
el remedio para que nuestro
enemigo no pueda acecharnos.

En particular te rogamos nos
concedas (Hacer su petición)
así como todos los bienes que
nos conducen a nuestra eterna
salvación para que finalmente
podamos alcanzar la gloria celestial
por nuestro señor Jesucristo que
contigo vive y reina por
los siglos de los siglos.

Amén. 

Quién fue San Sebastián

es venerado como santo tanto en  la iglesia católica como en la iglesia ortodoxa. Sus orígenes  de familia son romanos  aunque su nacimiento fue en Francia.

Siendo  un joven, su familia decide trasladarse a Roma, allí se hace miembro de la guardia pretoriana,  convirtiéndose en un  soldado respetado por sus compañeros y muy estimado por el emperador.

Además de sus actividades como militar, también mantenía en secreto su sentimiento cristiano,   por lo que  discretamente se las ingeniaba para negarse a realizar sacrificios idolátricos.

Pero ejercía la evangelización entre sus compañeros de la guardia, alentándoles a seguir el camino del Dios Padre, y frecuentemente se colaba a los calabozos para animar a los encarcelados por causa de su fe, igualmente  también visitaba a otros cristianos enfermos.

El secreto de su religión fue descubierto y el emperador le exigió que escogiese entre continuar siendo  soldado o ser cristiano. Desairándolo, escogió  la milicia de Dios y profesar la  fe en Jesús, sentía desde lo profundo de su ser,  que su corazón  ardía en el deseo de convertirse en un soldado de Cristo Jesús.

Aun cuando el emperador le amenazó con torturas, se mantuvo firme y más fuerte  en su fe. Su actitud generaba mayor ira en el Emperador y lleno de ira,  lo condena a una muerte tortuosa en manos de sus compañeros de armas, que fuese  atravesado por flechas.

Los soldados romanos cumpliendo la pena, lo llevan al estadio, allí  le sacan la ropa y es atado a un árbol,  donde le alcanza una lluvia de flechas que lo llenan de  múltiples heridas,  por lo que la guardia asume que había fallecido, dejándole  en el lugar aparentemente muerto.

Son muchas las historias que concuerdan que no falleció después de ser torturado en el estadio y que fue rescatado por sus amigos cristianos, quienes lo refugiaron en la casa de una noble cristiana llamada Irene, ella le sanó sus  heridas hasta que se recuperó  totalmente.

Luego de estar restablecido, lleno del amor de Cristo en su Corazón, valientemente fue de nuevo ante el emperador para criticarle su afán de persecución contra los cristianos. El emperador lo hizo preso y lo mando azotar hasta que muriese.