Aún se conserva su cuerpo, aunque un poco deshidratado, para que sus fieles acudan a venerarle y solicitarle favores, ya que por su intercesión suceden milagrosas curaciones.
El Cuerpo Incorrupto de Santa Rita de Casia
Desde muy pequeña, cuando solo era una bebé hubo eventos a su alrededor, que ya se podía pensar que algo divino estaba cerca.
Nos referimos a la experiencia de un campesino, quien vivió la cicatrización de una herida en su brazo, se la había hecho mientras labraba. El hecho es que siendo una bebé, dormía en una cesta mientras sus padres trabajaban.
El campesino al herirse corrió a limpiar su herida y notó que la cesta estaba rodeada de abejas blancas, corrió a espantarlas y notó que la pequeña no tenía ni una sola picadura, y mayor fue su impresión cuando al parecer, las abejas daban miel en la boca de la niña, además que la herida de su brazo estaba cicatrizada de forma inmediata.
Siempre sintió una inmensa devoción por Cristo, deseaba ser monja, pero eventos de su vida la hicieron desviarse de su profundo amor por la oración.
Los símbolos que la representan son las rosas, los higos y las amapolas, todos elementos asociados con los últimos días de vida de la Santa y el aroma que emitía su cuerpo fallecido.
Murió el 22 de mayo del año 1457, en el convento agustiniano, contaba con 76 años, después de sufrir por mucho tiempo una penosa enfermedad.
No fue nunca enterrada y su cuerpo inundó el ambiente con una fragancia dulce como de amapola, que perduró en el tiempo.
Se dice que por siglos el Cuerpo se conservó en perfecto estado o incorrupto.
Originalmente su cuerpo yacía en un ataúd de madera y luego fue reemplazado por uno de cristal, donde se encuentra expuesto en la actualidad en la Basílica de Santa Rita en Casia en Italia.
A finales de 1627, Urbano VIII concedió a la orden agustina celebrarán en honor una misa, al año siguiente en 1628 lo hizo extensivo al clero secular.
De esta forma quedaba beatificada, aunque no se hubiese realizado con la solemnidad acostumbrada su proclamación. En 1900 fue canonizada por León XIII.
En relación con el estado incorrupto de su cuerpo, según estudios realizados hallaron que en el proceso de descomposición hubo un extraño signo, como es la producción en muy bajas cantidades de metano y sulfuro de hidrógeno, los cuales son el resultado de la descomposición de las células, pero no han hecho ningún comentario sobre el buen olor que se desprendía de su cuerpo
¿Qué es un Cuerpo Incorrupto?
Este término corresponde a la propiedad que tiene un cuerpo, que por lo general es humano, de no descomponerse después de la muerte.
Sin habérsele practicado embalsamiento, momificación o algún otro proceso para su preservación.
Las consideraciones religiosas sobre este estado son atribuidas a la intervención divina, es decir, la persona es considerada un santo. Sin embargo, ni los cristianos ortodoxos ni la iglesia católica espera que sus santos tengan el cuerpo incorruptible.
Además se comenta que los cuerpos incorruptos tienen el Olor de la Santidad y exudan un dulce aroma.
Aun con los desarrollos científicos aplicados, no se ha llegado a verificar la razón de la incorruptibilidad, a pesar de muchas afirmaciones realizadas.
Entre las opciones con mayor peso en la búsqueda de las causas de la incorruptibilidad, encontramos:
- La argumentación referida a que la profunda devoción religiosa de la persona ingreso en su carne, con la visión de una causa metafísica que resulta en un efecto físico.
- El otro argumento hace referencia a las cualidades químicas del cuerpo por su alimentación en vida, o las cualidades también químicas del ambiente donde fue enterrado o por la humedad existente en la zona, es decir, se debe a una causa física o del ambiente.
¿Cómo murió Santa Rita de Casia?
Experimentó el sufrimiento fuerte, creciendo su devoción y fe en Dios, teniendo un crucifijo como su mejor maestro.
Al momento de su muerte, la cámara donde momentos antes agonizaba, se iluminó y las campanas sonaron solas, en señal de gozo porque un alma pura como la de ella entró al cielo, era su triunfo.
La herida del estigma que llevó por años a petición de ella a Dios, desapareció, apareciendo en su lugar una mancha tan roja como un rubí, de la cual emanaba una deliciosa fragancia.
El convento estaba preparado para velarle, pero se fue presentando una gran cantidad de seguidores que deseaban despedirse, que hubo que hacerse en la iglesia.
Permaneciendo allí por mucho tiempo, al igual que la dulce fragancia que envolvía el lugar. Su cuerpo incorrupto se conserva expuesto para la veneración de sus fieles en un ataúd de cristal.
