Virgen de Regla: Biografía de su Vida y sus Milagros

Nuestra Reina y Madre, protege a todos sus hijos en diferentes advocaciones. Conozcamos algunos datos sobre la protectora de los navegantes y sobre su propia salvación.

Biografía de la Virgen de Regla

Virgen de Regla De acuerdo con la tradición, el origen de la Virgen es africano. Cuenta la historia que fue tallada en madera de cedro  negra,  para simular el  color de la piel de los africanos, a petición de Obispo de Hipona, San Agustín.

Y este a su vez, lo hacía motivado por una revelación donde un ángel  le pedía esculpir la imagen.

A los pies de la imagen fue grabado “Virgen de la Regla de San Agustín”, pero este nombre se le borró con el tiempo. La razón del nombre,  se dice que es  porque bajo su custodia se encuentra  la Regla de los frailes Agustinos.

Al parar los saqueos en Tagaste, un diácono conocido como Cipriano, se llevó la imagen para salvarla, atravesando por una espantosa tormenta en el Estrecho de Gibraltar.

Fue llevada a España, específicamente a Cádiz, salvándose de las invasiones bárbaras y encontrando en este lugar, su santuario.

Por la presencia árabe en Andalucía, una invasión pone en riesgo a la santa, corría el año  711, pero alguien hábilmente había tomado la imagen y la escondió en un pozo cercano.

Fue hallada por un canónigo del Convento de Santa María de Regla, era el año 1330.  El canónigo tuvo una revelación mientras dormía,  donde una señora de tez negra, le convocaba a que se acercara hacia las orillas del mar gitano y la rescatara.

Además, le indicaba que la buscará específicamente debajo del árbol donde este solía descansar,  por lo que aprovechando de su paseo junto a unos labradores la ubicó.

En esa época, el señor feudal de Chipiona  conocido como  Don Joaquín Ponce de león, donó un de su propiedad, para qué se utilizará como un monasterio y rendirle culto a la imagen.

Se dice, que de esta imagen de la virgen solo quedó su  cabeza y el tronco. Ya que fue cubierta como con una armadura de una gruesa chapa de plata, quedando solamente su cabeza al descubierto, eso era en el año  1590.

Entre los años 1687 hasta 1696, en la población de Regla fue venerada  una imagen que estaba pintada en un cuadro al óleo. Y es en 1696 cuando es donada al santuario una escultura de la virgen traída desde España por Don Pedro de Aranda y Evellaneda.

Es entonces desde que la ermita estuvo lista cuando se extiende públicamente la veneración a la virgen. Se congregaban personas que se trasladaban desde lugares alejados a rendirle culto, incrementándose la fe hacia la virgen de forma muy rápida.

Tanto así, que hubo que adicionar dos altares a la iglesia, para poder satisfacer a los devotos  que le visitaban, corría el año de  1708.

A finales de ese mismo año, fue nombrada como la  Patrona de la Bahía.

El Regidor Decano de ese Cabildo, le deposita la llave que tuvo en sus pies, simbolizando a San Cristóbal de La Habana.

En  ese entonces, la actividad en el municipio de Regla era inexistente, solo existían muy cerca de la iglesia, algunas pocas habitaciones que servían de hospedaje a los devotos que le visitaban. El hoy pueblo era conocido como Guaicanamar.

Fue sacramentada en el año de 1717, bajo un evento de gran  solemnidad. Hubo fiesta durante una semana completa.

En el año 1734 fue fundada  la hermandad conocida como la Concordia de Nuestra Señora de Regla.

El santuario actual fue construido en 1811. Aunque en el año 1818 fue que se finalizó la construcción de la torre y el frontis. Gracias al trabajo conjunto del matemático Pedro Abad Villarreal, y el alarife Don Pedro Justiniani.

Los Milagros de la Virgen de Regla

  • Según los historiadores, el primer milagro reconocido a la Virgen fue haber logrado que el diácono San Cipriano, quien no era marinero, la llevara a tierra firma al atravesar el peligroso estrecho de Gibraltar, salvándola de la invasión de los Vándalos.
  • El segundo milagro, público y notorio, es también relacionado con su propia salvación, cuando  un fraile del  Convento de Ermitaños de Chipiona, pudo esconderla en un pozo seco, donde permaneció durante varios siglos. Para luego ser hallada por su propia revelación a un canónigo de San Agustín, que vivía en  León, justamente en el Convento de “Santa María de la Regla”.

Se sugiere rezar por tres días seguidos y al final de cada día rezar tres Avemarías y una Salve.